Sucubus


Súcubo: 
Es una criatura demoníaca que tiene la forma de una bella mujer, esta leyenda al igual que la de Íncubo tiene origen en la Edad Media. El Súcubo toma esta forma para seducir hombres mientras duermen, sobre todo jóvenes y religiosos, se introduce en los sueños en forma de una mujer muy atractiva y persuasiva. Este personaje tiene matices de una mujer vampiro.


Su apariencia es variable, con la única constante: siempre es una mujer muy hermosa y sensual. Aunque se las describe siempre bellas, tienen una belleza demoníaca, algunas veces se les describe con alas, o algunos rasgos demoniacos como cuernos, cola, ojos de serpiente y hasta con una serpiente enrollada en el cuerpo. Otra característica es, que siempre aparece desnuda, la víctima no la puede olvidar inclusive hasta despierto.


Teorías sobre sus motivos:
Lo súcubos no buscan engendrar, el motivo de sus acciones es la de quitar energía y vitalidad a sus víctimas, ya  que así se alimentan. Las víctimas después de un encuentro con un súcubo presentan deficiencias físicas y espirituales inclusive llegando hasta la muerte.
También existe la versión que el súcubo colecciona el semen de sus víctimas para así luego engendrar otras mujeres, de las cuales tendrán hijos que ellas manejarán para acciones demoníacas.
Según el Malleus maleficarum o Martillo de las Brujas (la guía para la caza de brujas más importante del Renacimiento) los súcubos no derraman el semen de sus víctimas, sino que lo recolectan y después lo usan para embarazar mujeres y crear monstruos.
En otros textos de la época se especifica que los súcubos, al recibir el semen en su interior, desarrollan un pene y se transforman en íncubos para más tarde reinyectar ese mismo semen en víctimas femeninas

Y la última es la que los demonios al no poder reproducirse se dice que en forma de súcubo obtenía el semen de su víctima y después adquiriendo la forma de hombre, íncubo, embarazaba a una mujer con el semen de su víctima anterior, el niño producto de este proceso sería más susceptible a ser poseído por demonios, los signos que solían determinar esto eran malformaciones en el niño o con retraso mental.
Por lo que en la antigüedad las personas con retraso mental, síndrome de Down o malformaciones eran escondidas, para que nadie sepa que sus padres habían copulado con demonios.
que utilizan el semen de sus víctimas para engendrar Íncubos (su contra parte masculina).
Existe un súcubo muy célebre que vive en el oriente llamada “um al duwayce”, ella aparece como una mujer bella y perfumada que vaga por el desierto, ella seduce a los hombres pero tiene la vagina dentada, así arranca el pene a sus víctimas y las deja morir en el desierto. Y la otra célebre Súcubo es Lilit, personaje de del folclore judío, y habría sido la primera esposa de Adán.
Existen muchos demonios que atacan sexualmente a los hombres y mujeres, tal vez los más fascinantes sean los íncubos y los súcubos. Lo que es un misterio es que sin importar la religión o lugar del mundo donde se pregunte, existen en diferentes versiones pero siempre manteniendo sus características y sin duda pueden envenenar tu mente, extraerte la energía sexual y espiritual, endemoniarte, volverte loco de terror y placer y, si no pones remedio, incluso acabar con tu vida para mandarte directamente al infierno, sin contemplaciones ni ordalías.
Lamentablemente los hombres se excitan por la vista y caen más fácilmente a los pies de una chica sexy.
Esta comprobado científicamente que aunque el hombre se resista conscientemente, inconcientemente su cuerpo experimenta una variada gama de alteraciones (agitación respiratoria, aumento de frecuencia cardíaca, dilatación de las pupilas de los ojos, etc.) y excitación de los sentidos sexuales (erección del pene, híper-sensibilidad en la piel, mayor segregación de saliva, etc.) que le es imposible de controlar.
Los súcubos atacan a todo tipo de hombres, aunque tienen preferencia por los más espirituales, sobre todo artistas y religiosos. No hay más que echar un vistazo a la clásica novela gótica El monje, escrita por Matthew Gregory Lewis en 1796, en la que un sacerdote acaba en el infierno por culpa de un demonio camuflado bajo la forma de una bella mujer.

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